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30 SEGUNDOS AL MIKROSMONDAS – LOS DEVASTADORES

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¡Melón Mask lo ha vuelto a hacer! El druida hipermago sigue deleitándote con su hosno mikrosmondas. ¿Te apetece una rebanadita de demonio con salsa devastadora?

Vas a terminar creyendo que Melón profesa un culto infinito a las criaturas más repugnantes que habitan el Krosmoz. Es cierto. Pero reconoce que a ti también empieza a gustarte... ¿Eh?
 



Paz y felicidad, valiente bromista.

Soy Melón Mask, druida hipermago de ingenio «bueno, pero nada del otro mundo» según las correcciones de mis deberes.

No es lo mejor, estoy de acuerdo.

Después de años aguantando el desprecio de mis profesores, decidí ponerme al servicio de la ciencia creando... ¡el horno mikrosmondas!

Un horno que, cuando lo pones en modo convección... (misterioso) te hace revivir los momentos más vergonzosos de tu vida.

Está bieeen... HUMOOOR, como dicen los chistositos.

Gracias a un ingenioso procedimiento cuyo secreto guardaré hasta mi ida sin vuelta a Externam, mi electrodoméstico examina, descompone, desparrama, ventila y recompone el objeto para extraer toda su quintaesencia y ponerme al día.

En definitiva, permite comprender cosas.

Venga, vas a ver… (Apertura de la puerta del horno mikrosmondas)

 

Crees que es un simple atrapasueños, ¿verdad? (Pone en el horno)

Pues no, ¡es lencería de devastador, compañero/a! (Cierra la puerta)

 

¿Cómo? ¿Que si puede usarse después? ¿Para un amigo? Espera, que te presento a los tipos. Hablar de ellos es hacer encaje de bolillos, créeme…

Encaje, lencería… ¡Hmm, un concepto interesante!

Vamos, un programita «no delicado» (pitido del horno mikrosmondas). ¡Añado la opción de lavado de ropa sucia en casa y listo! 30 segundos al mikrosmondas (¡Pi! Ruido del horno que empieza a girar.)

¿Listo/a para pasar un día en el infierno? Quiero decir… ¿en la Fab'hugruta?

Venga...

(Lánguidamente) *Que se caldee el espectáculo*

(Pi, seguido del sonido del mikrosmondas al girar)

Como sabes, la tierra de los demonios alberga fab'huritus al servicio de Rushu y el Horamundo de los demonios de las horas, a las órdenes del dios Xelor. ¿Cómo? Ah... No sabes de qué estoy hablando. No has visto los capítulos anteriores... (música triste)

Dos familias de demonios en un universo ya es suficiente… Peeero, como si no fuera así, Helzbeth, la tata de Rushu, ha decidido echar más leña al fuego con una tercera categoría de duros de pelar: los devastadores.

Los demonios son como los críos: hay que mantenerlos ocupados. Así que, entre un sacrificio y otro de seres débiles e indefensos, la demonio organiza pequeños talleres para su prole.  Bueno, no te voy a mentir: la mamá se queda sin ideas enseguida. ¡Tampoco es Super Granny!

(Monólogo) ¿Super Granny? ¿No te suena? Esa vieja zurcarák que crio una camada de 27 retoños antes de dedicarse al miaumiau-sitting a gran escala. En fin...

Un buen día, después de una buena noche de descanso, pensó: «Un segundo... ¿Y si les ofrezco una pesadilla a mis pequeñines?».

Sí, hablamos de educación positiva.

Entonces, agarró todo el rencor inspirado por la disputa que enfrenta a las dos ciudades más grandes del Mundo de los Doce, lo mezcló con un ingrediente secreto (ruido de carraspeo y escupitajo), hizo una masa que dejó reposar 2-3 noches, la puso en el horno y BUM: ¡una pesadilla lista para degustar! (¡Tachááán!)

Ehm… Si yo fuera tú, no pondría ahí los dedos... (Gruñido y chasquido)

La particularidad de esa criatura medio pesadilla medio demonio es que puede atormentar a varias generaciones de doceros. La única condición: darle de comer. Y ahí es donde intervienen nuestros queridos devastadores.

Muy rápido, los pequeños demonios hicieron lo necesario para que la pesadilla se pudriera como hace la vida de los doceros. Y ahora pongo un poco de Miseria y una pizca de Servidumbre. Oh... ¡y otra pizquita de Corrupción! Para ello, no dudaron en poner a trabajar a los principales implicados. ¡Muy listo, muy listo!

Sin saberlo, durante su sueño algo alterado, los habitantes del Mundo de los Doce reavivaron la pesadilla año tras año y, con ella, el conflicto entre Bonta y Brakmar. Ya de por sí las dos ciudades no se soportan, ¿te imaginas lo cargado del ambiente?

Quizás no lo sabes, pero entre los fab'huritus y los devastadores no todo es de color de rosa. Las bromas sobre el físico vuelan. ¡Y las respuestas están a la altura! Un día, un fab'huritu se puso a criticar por la espalda a la Madre de los Siete Mares (el otro nombre de Helzbeth). Pero insultar a las madres es algo que no toleran los devastadores.

¿Qué pensabas? ¡Los demonios también tienen principios!

Helzbeth, ya algo enfadada al ver que se metían con sus pequeñines en el cole, se puso hecha una fiera. Como buena madre protectora, después de pedir consejo en «mamaydemonio.com», dijo a sus retoños:

«Id al plano material y cread un ejército de doceros esclavos. Ya veremos quiénes son los más fuertes».

Estaba tope cabreada, la vieja...

Sus críos, que se daban un chapuzón en el río Akeranzu, un río no muy tranquilo, subieron a un barco, se dejaron llevar por la corriente del espectro del Sh'Tyx (otro río, vivo y muerto, más o menos) y llegaron a un terreno de juego más bien agradable.

La isla de Grobe.

¿No la conoces? Es el trocito de tierra perdido que hay en las costas de Pandala. Un lugar encantador. Espectros, no muertos, fantasmas y... Me he quedado sin sinónimos. Un destino al que no enviarías ni a la bruja de tu suegra.

Los pequeños demonios llegaron a bordo de un barco de lo más molón. Jirones de carne colgando, colmillos gigantes, hilillos de baba y esas cosas. El vehículo infernal por antonomasia. Soltaron amarras y le cambiaron el nombre al lugar (sí, sin cortarse).

Lo llamaron Pandamonium

Queda molón, la verdad.

El puerto, llamado el atolón de los poseídos y situado cerca del gran cráneo calvo y encendido de Dark Vlad, se convirtió en la base de los pequeñines de la hermana de Rushu.

Rápidamente, circuló el rumor de que unos tipos sospechosos estaban ocupando Grobe. La mayoría de los doceros evitaban poner los pies en ella, pero un grupo de aventureros irreductibles siguen oponiendo resistencia al invasor... Y peor aún: van a conocerlos. 

Hay que decir que la oferta es golosa. ¿Qué oferta?

«Con el odio que tengo, he conseguido diez kilotoneladas de músculo, tres nuevos pares de ojos, dos filas de dientes afilados y veinte centímetros en cada uña. ¡Y todo en menos de 10 segundos!».

Ya imaginarías que no son muy refinados... Cuidado, porque a los devastadores no les basta con saquear, sembrar el caos y hacer pipí en todos lados. Te robarán lo más valioso que tienes. No, tu colección de cromos infantiles no. Tu envoltorio carnal.

Sí, están más colgados que un jamón de jalató.

Después de una ceremonia bastante siniestra, una cosa con cantos lúgubres, símbolos demoníacos pintados en las paredes y una máquina de humo digna de los mejores vídeos musicales, los doceros voluntarios salen con un físico de lanzadores de martillo.

Resumiendo, si quieres ponerte como un cruasán, ve al atolón de los poseídos (parece que sus habitantes son de lo más atento).

 

Ya lo sabes: allí los aventureros se topan con doceros un pelín diferentes de los que se ven en el resto del Mundo de los Doce. Babean, tienen la mirada vacía y de su boca no sale ningún sonido inteligible. Lo mismo que te pasa a ti después de medianoche en la taberna del Goblin Burlón.

No disimules...

(¡Ding!)

¿Y bien? ¿A que es increíble mi mikrosmondas?

¿Qué es eso?

¿Siempre has tenido el pulgar así de azul? ¿Has pensado en ir a un ani o...? ¡EH! ¡Aléjalo de mi mikrosmondas o te mando a Externam!

Venga, ¡largo! Ya volverás cuando tengas más preguntas…

(Reparo) ¿Cómo que no me habías preguntado nada?…
 


Para descubrir el podcast en francés:

 

 


¿No has escuchado los dos primeros capítulos de 30 segundos al mikrosmondas? Antes de que me ponga a llorar como una magdalena y hacerte sentir incómodo/a, hazlo ya:

DEMONIOS DE LAS HORAS

FAB'HURITUS


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