Quantcast
Channel: DOFUS, el MMORPG estratégico.
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1617

Forjanews #5: La isla

$
0
0

¿Has explorado las actualizaciones de fin de año? ¿Visto las coníferas de Albuera? ¿Recorrido el palacio de Efedria? ¿Acabado con algunos fallecinerados en Ereboria? Si es así, tómate un respiro entre travesía y travesía: instálate, relájate y disfruta de los nuevos gráficos de Lance Dur. ¿Te sirvo una historieta para acompañar?

DOFUS, DOFUS Touch y WAKFU han desvelado sus ventajas de fin de año y seguro que estás visitando sus zonas inéditas a lo largo y ancho, en misiones de recompensa y de EXP. Y sin embargo, ¡las peregrinaciones de Lance Dur solo acaban de empezar!

¿Y si continuásemos revelando los entresijos de esta gran aventura transmedia?

 

En el episodio anterior…

  • DOFUS presentó bocetos monísimos de Ereboria, así como decorados del juego y una parte de su bestiario.
  • DOFUS Touch te invitó a un nuevo comienzo.
  • WAKFU mostró varios decorados, PNJ y familias de monstruos de la isla maldita. ¡Te llovieron las imágenes preciosas!
  • El alma de Lance Dur mostró su lado oscuro: ¡los fallecinerados!

¿Seguimos...?
 

Para que Swud supiera a qué atenerse, Fergus lo llevó a ver a Reska, una aventurera zurcarák que había vuelto de una sola pieza de Ereboria, la isla de los fallecinerados, territorio de Cire Momore y de un legendario tesoro descomunal. ¿Crees que su relato lo disuadió?

 

Historia de trasfondo: la isla

En una apacible playa de las calas de Astrub, mientras un pacífico lazarillo improvisaba una siesta a la sombra de un kokoko y tres pischis huían para esquivar las flechas de un aventurero, Fergus se encontraba al final de un pontón, al lado de un velero amarrado. Klimti Swud el forjalanza, ya a bordo, preparaba su salida.

—Haría cualquier cosa para retenerle, señor Swud.

—«Klimti», Fergus…— repetía el forjalanza desde hacía varios días—. «Klim-ti.» Tu intención es muy noble, pero si se tratase de tu familia, harías lo mismo.

—Creía que la experiencia de Reska te habría abierto los ojos sobre lo que te esp… Por todos los kamas de anutrof, ¿qué demonios…?

 

Swud se dio media vuelta para ver lo que había dejado parado al forjador: era Reska que llevaba una caja para guardarla en la bodega.

¡RESKA! ¿¡Tú también vas!?

—Cálmate, Fergus…

—¿¡Que me calme!? ¿Te lo traigo para que lo convenzas de quedarse y decides irte con él?

—A mí no me metas —precisó Swud—. No me ha dado elección…

—Hace años que pienso en ello, Fergus —se explicó Reska—. Abandoné a mis amigos… ¿Y si algunos sobrevivieron?

¡Muy bien! —protestó Fergus, antes de saltar a la embarcación—. ¡Tomemos todos decisiones desconsideradas! ¡Volvámonos locos!

Y levó las anclas.

Lentamente, el barco se alejó del pontón.

Sobre este se quedaron dos cajas de madera. El arrepentimiento del forjador podía verse en su rostro.

—Eliges muy bien tus palabras, Fergus. Desde luego, ¡dejar la mitad del cargamento en el pontón es lo más desconsiderado que he visto hasta la fecha! —lo felicitó Swud con una palmadita en el hombro—.

 

*****

 

Sobre un mar de aceite, la embarcación parecía inmóvil.

Apoyada sobre el balcón de estribor, Reska se aburría como una ostra:

—¿Avanzamos o qué?

Desde el timón, Swud respondió sin quitar la vista del horizonte:

—Síp.

—¿Qué hablas, el idioma de los piratas?

—No, eso sería: ¡sípe!

El forjalanza miró de reojo a la felina, amorfa, y acabó sintiendo pena por la zurcarák desesperada.

—¡Vamos, ven aquí! Puedes llevar el timón…

La felina emitió un ronroneo de alegría y de un salto se situó al lado de Klimti. Este último se agarró al pasamano y dio un golpecito amistoso a Fergus al pasar. Con un fular rojo para protegerse la cabeza de los rayos del sol, este pescaba tranquilamente.

¡Hacía mucho tiempo que no tenía vacaciones! —comentó alegremente—. Y no he perdido la práctica. ¡Esta noche invito yo!

 

Swud sonreía contemplando el mar. Él también se sentía bien. Era la primera vez desde…

De pronto, se alejó de la borda:
 

—¡Aaaah! ¿Y eso QUÉ es? ¿Lo habéis visto?

Los otros encogieron los hombros.

—Me pareció haber visto a alguien… O sea, había una persona en el agua… ¡Pero con escamas y ojos grandes! Él o ella se me quedó mirando… ¡Puaj! ¡Tengo escalofríos!

—Al final, parece que los forjalanzas son como los yopukas, —intervino Reska—. ¡Pasan de gallo a gallina en un abrir y cerrar de ojos!

 

Fergus y ella se echaron a reír.

¡Ji, ji, ji! —imitó Klimti molesto—. Si estuvierais en mi lugar no os reiríais tanto…

—Es que, menuda cara se le ha puesto, señor Klimti, ¡hay que decirlo!

—¡Parecía uno de esos marineros que se cruzan con un pez en el mar y al volver al puerto hablan de sirenas! —añadió Reska.

—¡Y lo interpretan todo como malos presagios! —replicó Fergus.

En ese mismo instante, a lo lejos, se escuchó un gran gruñido. La expresión de Fergus cambió: sus ojos y su boca se abrieron de par en par. Swud se giró. Justo enfrente de ellos, el cielo se había ensombrecido considerablemente.

 

*****

 

Solo se oían las gotas de lluvia al caer sobre el puente. Incesantes.

Las olas del mar rabioso. Murmurando.

Para no caerse por la borda, los pasajeros se pasaron una cuerda alrededor de la cintura y la ataron a una parte sólida del barco.

Reska cogía al timón con todas sus fuerzas. Klimti intentaba plegar las velas como podía. Fergus se agarraba fuerte mientras apretaba los dientes.

La tormenta pareció durar una eternidad. Todos resistieron al ruido y el furor. Llegaron al límite de sus fuerzas.

De repente, un golpe terrible.

Y luego nada.

 

*****

 

Era una música conocida y tranquila. El ruido que se oye al escuchar las conchas. El dulce vaivén de las olas en la playa. La luz. La arena. Un cangrejo inmóvil, que salió corriendo a refugiarse en un agujero después del primer movimiento.

Al levantarse, Swud tuvo la impresión de que había bajado a toda prisa por una colina. Con los pies en el agua, inspeccionó rápidamente el lugar. Puso la mano sobre el casco del velero, que se encontraba justo al lado: se había encallado en una playa; el golpe lo había proyectado hacia fuera pero la cuerda alrededor de su cintura en parte lo había retenido.

—¡Fergus! ¡Reska!

 

Klimti se subió a la embarcación. ¡Uf! Los dos compadres estaban ahí, inconscientes. El forjalanza puso la mano sobre uno, luego sobre el otro: respiraban.

—¿Amigos? ¿Estáis bien?

Les costó un poco volver en sí, pero aparte de muchas agujetas, estaban ilesos. Klimti los abrazó muy fuerte antes de reírse:

—¡Lo hemos conseguido!

 

Desató el nudo de la cuerda que estaba alrededor de su cintura y saltó por la borda.

—¡Reska! ¿Puedes tirarme la lanza que hay en la bodega?

La zurcarák desaliñada miró a su alrededor:

—¿Estás seguro de que este es el lugar? Me sorprendería que hubiésemos mantenido el rumbo en esta tormenta…

—¡Tiene que ser Ereboria! No hay nada más en quilómetros, ¡y no nos hemos desviado tanto! ¿No la reconoces?

 

Reska se rascó la cabeza:

—Estoy un poco confundida, ¿sabes? Solo he estado aquí una vez, y hace muchos años de eso…

—¿Y?

—Pues… se parece, pero arena y vegetación, es en lo que se parecen casi todas las islas…

—Bueno, dejo que os recuperéis de nuestro periplo e instaléis el campamento, ¡yo voy a hacer una ronda de reconocimiento!

—Señor Swud, ¿no quiere esperar un poco? —preguntó Fergus escurriéndose el fular—. Sería mejor que nos quedásemos todos juntos… sobre todo si se trata de Ereboria.

—¡Que no cunda el pánico! Solo quiero ver si Thyess está cerca, pero no intentaré nada en solitario…

—Como los yopukas, se tira de cabeza… —comentó Reska tirando la lanza en dirección de Swud—.

—… y miente mal —apuntó Fergus.

—¡Hasta luego!

 

El forjalanza partió todo recto, a paso de marcha. Frente a él, había un bosque denso lleno de tallos tentaculares gigantescos que parecían devorar un edificio. Reska frunció el ceño y susurró:

Pssst… No estamos en Ereboria.

Fergus miró a la felina antes de examinar él mismo lo que había más allá del bosque.

—Tienes razón, Reska… Estamos en Efedria…
 

Continuará en la siguiente FORJANEWS…

 

 

 

DOFUS/DOFUS Touch

Diseños de concepto de Efedria

Diseños de concepto de la zona ingame

DOFUS

DOFUS Touch

WAKFU: La Prisión marítima

WAKFU no ha desvelado Efedria en su nueva actualización, pero presenta igualmente una zona adicional inspirada en la serie animada Lance Dur: tienes el título, es la Prisión marítima. Recomendada para los doceros de nivel 216-230, se sitúa quizás a 20 000 kámetros por debajo del mar (no hemos bajado a comprobarlo). Sea como sea, ¡no necesitarás branquias para explorarla! Te encontrarás con los pezgajosos abisales. Esta zona está gestionada por Spriggiss, un hombre pringoso que podría aportarte información fundamental para realizar tu misión principal. Además, te darás cuenta de que el jefe de la zona, Raeliss, dispone de un arma familiar…

Entorno

Prisión marítima

PNJ y bestiario

 

Spriggiss, miembro de Clan de la Prisión marítima

Familia de pezgajosos abisales y su jefe, Raeliss (nivel 216 a 230) - Mazmorra de 3 salas

Animación: La Prisión marítima

Lance Dur y los suyos se encontrarán con muchos periplos a lo largo de su última aventura.

¡Ellos también se enfrentarán a los peligros del mar y de las criaturas pegajosas!
 

Los viejos aventureros se encontrarán quizás en situaciones que sobrepasarán su imaginación…
 

… y se enfrentarán a criaturas ehm… ¿angustiantes?
 

Mientras esperas la serie de animación Lance Dur, que saldrá a principios de 2023, ¡visítanos en DOFUS, DOFUS Touch y WAKFU!

 

Para saber lo que te espera en las próximas semanas y meses, visita la página web de Lance Dur.

Forjanews #1

Forjanews #2

Forjanews #3

Forjanews #4


Viewing all articles
Browse latest Browse all 1617

Trending Articles