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Forjanews #6: El rescate

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¡¿Otra vez?! ¿Pero aún queda algo por aprender sobre las zonas nuevas y los forjalanza? No mucho más, es verdad... Pero sobre la serie de Lance Dur, las bambalinas, los trabajos en curso y el final de la historia de Klimti Swud ¡todavía nos queda mucha tela! Además, esta es tu oportunidad para decirnos qué te han parecido las últimas actualizaciones.

DOFUS, DOFUS Touch y WAKFU terminaron el año con novedades importantes. ¿Qué puedes decirnos después de estas semanas? ¿Lo has descubierto todo, lo has explorado todo, te lo has llevado todo? ¿Qué te ha parecido? ¡Cuéntanoslo en un comentario!

La serie de animación La última aventura del conde Lance Dur estará disponible muy pronto en Francia, y esperamos que pueda llegar también a otros paíes, donde su difusión dependerá de la compra de los derechos de distribución por parte de las distribuidoras locales.

 

Si a eso añadimos los webtoons de Lance Dur y Cire Momore, y el juego de mesa WAKFU Stories, todas las piezas de este puzle transmedia estarán disponibles muy pronto: ¡y tú tendrás que juntarlas!

 

En el episodio anterior…

- DOFUS y DOFUS Touch revelaron exuberantes diseños de concepto y bocetos tentaculares de Efedria.

- WAKFU liberó al principal Pnj y a la familia de monstruos de su Prisión marítima.

- La serie animada Lance Dur hizo salir a la superficie decorados y criaturas del fondo de los mares.

¿Terminamos?...
 

Klimti, Fergus y Reska habían puesto rumbo a Ereboria para intentar salvar a Thyess del implacable Cire Momore. En alta mar, el forjalanza vio una espeluznante criatura medio humanoide medio pez. Poco después, la tripulación se enfrentaba a una violenta tempestad. Aunque encallaron violentamente en una playa, todos salieron sanos y salvos. En cuanto se despertó, Klimti, ansioso por encontrar el rastro de su hermano, se había ido a explorar…

 

 

Historia de trasfondo: El rescate

En ese momento, ya no se distinguía ni un trocito de cielo. Solo había hojas, zarzas, árboles y plantas. Klimti había seguido algo que parecía un sendero pero, cegado por la impaciencia, no se había dado cuenta que de que la bóveda de musgo y follaje se había cerrado paulatinamente sobre su cabeza. Se sentía como un insecto en una tela de arakna. Cuanto más se debatía, más denso se hacía el follaje. Cuanto más avanzaba, más lo despellejaban las zarzas. Tenía los antebrazos en carne viva. El dolor era insoportable. Notaba cada arañazo como un surco palpitante.

—¡¡¡AAARGH!!!

Swud estaba fuera de sí. Acabó desenvainando su lanza y descargando su rabia con una agresiva Estocada Ardiente. Aumentó su alcance y se curó con un hechizo Oriflama antes de recuperar el aliento. Asestó un Lanza Antorcha para seguir despejando la zona y por fin… respirar.

 

—Tendríamos que haber ido con el señor Swud —se lamentó el anutrof con los ojos clavados en el frondoso bosque, al acecho del mínimo indicio de su presencia.

En la playa, abandonados, en medio de las rocas descubiertas por la marea, la felina y él buscaban conchas y crustáceos para cenar.

—Venga, Fergus… ¡Es mayorcito! ¿Por qué te empeñas siempre en ser su canguro?

—¡Es un buen chico, Reska! Lucha por los suyos…

—¡Lucha en vano! Y lo sabes de sobra. Por eso lo proteges… Pero así solo estás retrasando el momento en el que tendrá que afrontar la realidad.

—Afrontará la realidad cuando se enfrente a Cire Momore. Igual que tú… 

La zurcarák de pelaje negro y ojos verdes paró un momento de rebuscar conchas entre la arena mojada. Fergus le dio una palmadita amistosa en la espalda y retomó la tarea, escudriñando entre las grietas de las rocas. No vio el cangrejo que se escabulló detrás de él para llegar a la playa.

Ni el enorme pie que lo aplastó sin miramientos…

 

En una tranquila escena campestre, acompañada tan solo por el crujido de los árboles y el canto de los pájaros, una pared de zarzas bordeaba una pradera. De pronto, una lanza dorada perforó la vegetación volviéndose incandescente y consumiendo todo lo que la rodeaba en un radio perfecto.

Un forjalanza despeinado, cubierto de arañazos cauterizados, salió jadeando por el orificio. Levantó instintivamente los brazos al cielo que tanto había extrañado, cerró los ojos e tomó una gran bocanada de oxígeno. Cuando los volvió a abrir, descubrió ante él lo que parecía haber sido un antiguo reino. A primera vista, no estaba claro si el edificio estaba abandonado… En cualquier caso, la naturaleza parecía haber ganado terreno: unas gigantescas plantas trepadoras parecían estrangularlo como tentáculos.

 

—¡Thyess! THYESS, ¿ESTÁS AHÍ?

Su propio eco y unos pájaros que echaron a volar fueron su única respuesta. Klimti Swud se enfundó la lanza a la espalda y avanzó por un camino de piedra que conducía a una gran puerta elevada. Estaba decorada con motivos florales de hierro forjado. Cuando se disponía a empujar la puerta, la voz de una niñita le sobresaltó:

Aquí no encontrarás a tu amigo.

–¡Aaaah!

Al girarse descubrió a una joven xelor sentada sobre la enorme cabeza de una estatua mientras balanceaba las piernas.

—¿Quién eres? ¿Y cómo sabes que estoy buscando a alguien?

—Soy Phyllis. Y acabas de gritar su nombre.

—¿Qué haces aquí sola? ¿Y por qué crees que mi hermano no está aquí?

—Oye, oye… ¿Quién ha dicho que esté sola? Con que es tu hermano… 

 

El forjalanza suspiró y se dispuso de nuevo a entrar en el palacio.

 

—¡Espera!

La pequeña xelor se bajó de la estatua y avanzó hacia él.

—Si entras, puede que te topes con más problemas de los que has tenido hasta aquí.

—No tienes ni idea de todo por lo que he pasado…

Cruzarte con la Armadura y seguir vivo es una fortuna envidiable.

—… Espera… Yo… J***R, PERO ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN ERES?!

—Solo una niña —respondió ella balanceándose con una sonrisa afable y las manos a la espalda.

—Me estás dando un miedo que… ¿Eres el demonio del bosque o algo así?

—Lees demasiados pergaminos de terror.

—Aunque no lo parezca, soy una persona civilizada, leo libros.

—No sé qué es eso.

—Son hojas de papel puestas una detrás de otra para… Pero ¿qué estoy haciendo? ¿Por qué hablo con una cría de diez años?

—¡Nueve!

—¡¡¡Argh, qué pesadez!!!

Entró.

A pesar de su aspecto abandonado, la entrada del palacio seguía siendo impresionante. Klimti se paró un momento a contemplar la altura del techo, las colgaduras, la interminable alfombra y el sinfín de flores.

—¡Y todavía no has visto nada! —le dijo Phyllis bajo su sombrero y sus vendas.

—¡¿THYESS?!

—¡Increíble! ¡No me crees! Te digo que no está aquí. Ni siquiera está en esta isla…

—¡¿Qué?!

—Bueno, ¡estás en Efedria, tontorrón! Todo el mundo lo sabe menos tú, ya empieza a ser incómodo…

—¡Tengo que irme de inmediato para salvarlo! —exclamó Klimti dando media vuelta.

—No sé si estás a tiempo de salvarlo a él… pero te recuerdo que has dejado tirados a tus amigos en la playa como dos calcetines viejos.

—No son mis… A ver… No corrían ningún peligro ni… ¡M****A! ¡¿Cómo sabes todo eso?! »

Cuando Swud se giró hacia ella, la niña había desaparecido.

Se quedó quieto un momento antes de seguir su camino cuando… —¡¡¡ AH!!! —La joven xelor estaba plantada delante de él.

—No soy un fantasma, eh… —le chinchó ella.

—Ya, bueno, pues hazme un favor. Si ves una luz, ¡síguela!

 

El forjalanza salió precipitadamente y corrió hasta el agujero que había quemado en la frondosa pared vegetal. Antes de adentrarse, se giró por última vez hacia la niña, que se había quedado en la escalinata. Con una gran sonrisa, Phyllis le saludó con la mano. Klimti gruñó.

—¡Espero no volver a verte nunca! —le gritó a la niña.

—Lo sé —respondió ella para después sacarle la lengua.

El forjalanza acabó esbozando una sonrisa. Y desapareció entre el follaje.

 

Klimti salió apresuradamente del bosque y llegó a la playa.

—¡Fergus! ¡Reska!

No había nadie junto al barco. En la arena, huellas de pasos: las de un coloso llamaban la atención. Había habido una pelea. Klimti aceleró el paso hasta el fondo de la bahía. Frente a él, varios cocoteros, algunos partidos y otros tumbados, dibujaban un camino a través de la vegetación. El camino condujo a Swud a otra playa, donde por fin los vio… ¡Un gólem de piedra y hojas estaba descargando su pesada hacha sobre Reska!
 

 

La oscura felina, a cuatro patas, brincó a un lado para esquivar el golpe. Sacó los colmillos y siseó a su agresor.

¡EH! —gritó Swud para distraer al gólem.

Este se giró hacia él y Reska aprovechó para asestarle una patada doble saltándole sobre la espalda, y el gólem se derrumbó de narices en la arena. Klimti corrió unos kámetros mientras el coloso intentaba levantarse, tomó impulso, le clavó a su adversario la punta de la lanza en la nuca con un espeluznante crujido y, saltando como si fuese una pértiga, pasó por encima de la masa de roca y follaje aterrizando a los pies de Reska.

—¿Estás bien?

—¡A buenas horas llegas! —replicó la zurcarák limpiándose el hocico con el revés de la manga. —Te has dejado la lanza clavada en ese enorme montón de arcilla… 

En ese mismo momento, el gólem había conseguido levantarse.

—Lo sé.

Sin desviar la mirada puesta en Reska, el forjalanza tendió la mano hacia su arma. Esta volvió como un imán a posarse en su palma, arrancándole de paso la cabeza al gólem con un funesto chasquido. El cuerpo del coloso se desplomó.

¿Y Fergus?

La felina señaló en una dirección con su mirada esmeralda. Swud se giró y vio a su amigo tendido en la arena a unos kámetros. Se precipitó hacia él.

—¡Fergus!

El herrero estaba inconsciente. Le corría sangre de los labios y del arco de las cejas. Klimti lo sacudió, lo llamó.

—Consiguió evitar el hacha, pero el gólem le dio un violento revés con la mano de piedra… —explicó Reska.

El forjalanza acabó dándole una bofetada a Fergus, que abrió por fin los ojos.

—¡Klimti! ¡Por los Doce, has vuelto!

—Estoy aquí, amigo mío.

—Qué… ¿Y la montaña?

—Nos hemos ocupado Reska y yo.

—¡Tu hermano no está aquí, Klimti! ¡Estamos en Efedria, tenemos que irnos!

—Ahora ya lo sé, Fergus. Lo sé.

 

Aquel día, mientras el viento se levantaba sobre la playa, no habían encontrado ni a Thyess Swud ni a los antiguos miembros del gremio de Reska. Pero se habían encontrado ellos.
 

FIN

DOFUS

Bestiario Efedria
 

La última aventura del conde Lance Dur: ¡estreno el 1 de marzo en ADN!
 

Y aquí se acaban las Forjanews…

Gracias por haberlas seguido. ¡Te deseamos un año 2023 de lo más krósmico!

No te olvides de darnos tu opinión sobre las últimas actualizaciones o sobre la historia de Klimti Swud.

Muy pronto te esperarán más sorpresas en la página web de Lance Dur. ¡No te pierdas ni un detalle!

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